Perdida, tal vez borracha, sin nada que hacer, con unos pocos euros en el bolsillo, Marta – una máscara de Mariana Hartasánchez- entró a un teatro en Madrid. Un “importante” académico impartiría una conferencia sobre teatro, o algo así. (H)ablando carne, me parece se llamaba. El académico; un húngaro, de nombre Boris Mirkoff.
Si bien, como verán en la obra que estará en función todos los jueves de noviembre en el Museo de la Ciudad, Boris ese día no hizo más que ladrar sobre filosofía alemana con un perro; pero esa extraña exhibición de lenguaje atrapó a Mariana, Martasánchez o como sea, al punto de pedirle –si no rogarle, con 475 cartas- que viniera a México, a trabajar con su compañía, Las Sabandijas del Palacio. Boris, renombrado dramaturgo y teórico, se mostró rejego, hasta que Mariana le dijo el tema que quería tratar: la violencia de género en México.
El ídolo fingido, es una maravillosa farsa donde podrás conocer, a cuerpo abierto, la creativa relación que ha surgido entre Boris Mirkoff y Las Sabandijas del Palacio, en una historia donde aparecen migrantes que son científicos locos y suicidas, machos que temen limpiarles las posaderas a sus esposas, mujeres histéricas que rabian contra las opresiones de género; y donde no quedará títere con cabeza, ni ídolo con máscara, pues a fuerza de mofas y mamporras, todos serán despojados de ellas, espectador incluido.
No se pierdan esta temporada donde descubrirán a Boris, “un húngaro camuflado que se infiltró en el ámbito artístico mexicano para exponer el esnobismo, la misoginia y las corruptelas que abundan en algunos grupúsculos del gremio. No importa si eres docto conocedor de las artes escénicas o no sabes ni un carajo sobre este mundo y sus rencillas, esta farsa no te será ajena porque estas habas se cuecen en cualquier profesión y materia”.
Y como dicen Las Sabandijas, “quizás sentiremos más frío, pero estaremos más ligeros”.
El Ídolo Fingido tiene funciones todos los jueves de noviembre a las 8:30 P.M. en el Museo de la Ciudad de Querétaro.
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